Tu visión no está perdida… solo esta escondida debajo de tu lista del súper

Cuando estudiaba actuación —y todavía juraba que lo mío era el drama, las luces y el aplauso— una de las preguntas más repetidas en clase era:

¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?

Y claro, al principio una contestaba desde el personaje:
“Soy Ofelia, hija de Polonio, atrapada en el dilema de la existencia...”
Spoiler:
Era ansiedad existencial con filtro de Instagram.

Con el tiempo entendí que esas preguntas no eran solo para el escenario.
Eran el guion secreto de la vida.

Y que “¿a dónde voy?” se transforma en lo que hoy llamo mi visión.
Ya no es solo una meta.
Es una dirección energética, una intención profunda, una brújula que me recuerda quién estoy eligiendo ser.

Hoy te las comparto a ti.
Pero no en modo gurú.
En modo “esto me ha salvado del autosabotaje más de una vez”.

1. ¿Quién soy hoy?

Esta no es la pregunta para escribir en tu bio de Instagram.
Es la que haces cuando te sientes perdida en el scroll, con media croqueta en la boca y el síndrome de la impostora a flor de piel. ¿Quién eres cuando nadie te está mirando? ¿Quién es esa voz dentro de tu cabeza?

¿Qué historia estás repitiendo?
¿En qué energía estás viviendo?
¿Te estás hablando como tu aliada… o como Lolita Cortes?

No es para juzgarte.
Es para mirarte con objetividad y amor.
Sin filtro. Sin autoengaño. Sin Photoshop emocional.

2. ¿De dónde vengo?

No para quedarte en el pasado.
Sino para entender qué programas y creencias siguen activas.

Tu pasado no te define, pero sí te da pistas.
Y cuando lo honras (sin drama), puedes agradecerlo, soltarlo…
y actualizar el sistema operativo.

3. ¿A dónde voy? → Traducción: ¿cuál es mi visión?

No es una lista de metas.
Es una intención profunda.

Es esa imagen que te hace vibrar más alto que el espresso doble.
Esa forma de vivir que se siente expansiva, real, tuya.

¿Cómo quiero sentirme cada día?
¿Qué energía quiero habitar?
¿Qué decisiones están alineadas con eso?

Sin visión, una se distrae fácil.
Con visión, incluso lavar los trastes se vuelve parte del camino.

4. ¿Quién ya vive la vida que sueño? (a.k.a. Tu Yo del Futuro)

Y esta es la joya de la corona.
Esa versión de ti que ya lo logró.
No la perfecta, no la iluminada.
La que confía más que se sabotea.
La que agradece antes de pedir.
La que elige desde la intuición, no desde el miedo a quedarse sola.

¿Cómo se viste esa versión?
¿A quién le responde?
¿Qué ya no tolera?
¿Cómo se mueve por el mundo?

Esa no eres “tú en diez años”.
Esa eres tú… practicando todos los días.

✨Ritual práctico: Tu GPS energético diario

1. Anota estas 4 preguntas (en tu diario, celular o espejo con pintalabios):

   • ¿Cómo me estoy hablando hoy?

   • ¿Qué historia de mi pasado sigue corriendo en segundo plano?

   • ¿Qué energía quiero habitar esta semana?

   • ¿Qué haría mi Yo del Futuro hoy?

2. Agradece algo. Lo que sea.
   Sí, incluso el agüita caliente de la regadera.

3. Elige una microacción desde tu visión:
   Una respuesta más amable.
   Un no claro.
   Un cambio de playlist.

Tu visión no es una meta lejana.
Es una forma de vivir,
y ya la estás encarnando.

Con intención y flow,
Sandra Elisa